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El pasado 19 de enero de 2025, los muros históricos de Old Trafford, el templo del fútbol mancuniano, fueron testigos de un hecho inusual pero cada vez más recurrente: un Manchester United frágil frente a un equipo que supo jugar como pocos.
En esta ocasión fue el Brighton & Hove Albion, que con un dinámico triunfo 3-1 dejó en claro que en la Premier League, nunca hay «pequeños».
El partido arrancó con emociones divididas, pero no tardó en mostrar que Brighton llegaba con toda la intención de llevarse algo más que un empate. Estos fueron los momentos clave del encuentro:
Manchester United, ese gigante de antaño que llenó vitrinas y corazones, sigue siendo un misterio indescifrable para sus hinchas y para sus rivales. Con errores en defensa y una falta de ideas en el mediocampo, el United dejó escapar la oportunidad de sumar puntos vitales para su clasificación a competiciones europeas.
La tribuna local, eso sí, rindió tributo con ovaciones al legendario Denis Law antes del pitazo inicial, recordando los días de gloria de los ‘Red Devils’. Pero ese espíritu pareció quedarse en las gradas y nunca bajó al campo de juego.
Quizá fue el peso de la historia, quizá la presión de demostrar, pero al final, la falta de cohesión fue evidente. United sucumbió ante un Brighton ordenado y con hambre.
Lo que hace especial a la Premier League es su capacidad de desafiar las expectativas. Este fin de semana no fue la excepción. Mientras el Brighton celebraba, en otros estadios sucedían proezas dignas de película:
Cada jornada tiene su propio libreto, y los equipos «modestos» como el Brighton no dudan en reescribir las reglas. Aquí yace la belleza de este deporte, que más que un juego, es un espejo de nuestras luchas y sueños.