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El Mundial de Fútbol de 2006, celebrado en Alemania, será recordado por siempre gracias a un encuentro emocionante y lleno de suspense: la final entre Italia y Francia. La selección italiana, dirigida por Marcello Lippi, se enfrentó a la selección francesa, liderada por el joven y talentoso Zinedine Zidane. El partido, jugado en el Olympiastadion de Berlín, fue una verdadera batalla campal que terminó con una victoria italiana.
El encuentro comenzó con un dominio absoluto de la selección francesa, que creó varias oportunidades de gol en los primeros minutos. Sin embargo, la portería italiana resistió gracias a la excelencia del portero Gianluigi Buffon. La respuesta italiana no se hizo esperar, y en el minuto 12, Marco Materazzi anotó el primer gol del partido. La selección francesa respondió rápidamente, y en el minuto 33, Zinedine Zidane anotó un gol de penal, igualando el marcador.
El partido seguía empatado después de los 90 minutos reglamentarios, y se tuvo que recurrir a la prórroga. Fue en este momento cuando surgió el héroe italiano: Daniele De Rossi. En el minuto 103, el mediocampista italiano anotó el gol de la victoria, dándole a Italia su cuarto título mundial.
La victoria italiana en la final del Mundial 2006 fue un triunfo histórico para la selección italiana. Fue su cuarto título mundial, y demostró que Italia seguía siendo una potencia en el fútbol internacional.